La inoxidable figura de Deportes Limache: “En Argentina si no tienes más de 100 partidos en Primera a los 19 años, te mandan a picar piedras”
- Fútbol Nacional
En entrevista con Deportes 13, Cristian Campestrini, campeón de Segunda División con Deportes Limache, hizo un potente análisis sobre el presente del fútbol chileno.
A falta de cuatro fechas para el final de la temporada, Deportes Limache se consagró campeón de la Segunda División 2023 y aseguró su inédito ascenso a la Primera B 2024, con un plantel marcado por la mezcla entre experiencia y juventud.
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Uno de los pilares del equipo dirigido por Víctor Rivero es Cristian Campestrini, el inoxidable portero argentino de 43 años que pasó por clubes como Rosario Central, Arsenal de Sarandí, Puebla y Everton de Viña del Mar.
Tras una temporada en Barnechea, el meta aceptó el desafío de defender el arco del elenco tomatero y terminó consiguiendo un hito histórico para el club. En conversación con Deportes 13, Campestrini aseguró que “se le da más valor cuando logras cosas importantes en esta categoría porque es todo a pulmón”.
“Yo soy un jugador más del montón con 43 años que vino con mucha ilusión y nada más. Acá no importa la trayectoria ni los títulos. Sólo importa el espíritu amateur”, añadió el campeón del Torneo de Clausura de Argentina 2012, quien también se dio el tiempo de analizar la complicada actualidad del balompié nacional.
-¿Cómo se dio su llegada a Deportes Limache?
-El fútbol es de presente, no importa el pasado, los títulos, ni la trayectoria. Terminé mi contrato con Barnechea y Deportes Limache se interesó desde un principio con mucho respeto. A mí lo que me hace feliz es atajar, entonces tomé el desafío por el respeto a mi carrera y porque era un club que quería hacer historia. Me la vine a jugar acá con mucho deseo y profesionalismo y lo pudimos lograr.
-Fue un fichaje de mucho renombre para la categoría
-Todo se contamina. Yo soy un jugador más del montón que vino con mucha ilusión y nada más. Acá no importa la trayectoria ni los títulos. Sólo importa el espíritu amateur que uno tiene en el día a día, las ganas de querer seguir en este deporte que es lo más lindo. Yo entreno a la par como uno más con 43 años. No tengo privilegios, me tengo que lavar mi ropa, mis guantes. Cada jugador tiene su canasto y no tenemos la marca Nike o distintos sponsors. Acá se hace todo a pulmón y por eso le damos más valor a lo conseguido.
-En sus más de 20 años de carrera tiene varios ascensos. ¿Se considera ya un especialista?
-Me considero un bendecido más que otra cosa. Después del último título en Arsenal de Sarandí en el 2013, tenía muchísimas ganas de volver a salir campeón y lo pudimos lograr. Después de tantos años de carrera, cada logro es algo muy importante, lo tomo con mucha felicidad.
-¿Qué le parece el nivel de la Segunda División?
-A mí me tocó atajar en las tres categorías del fútbol chileno y obviamente van bajando cosas, como estadios, indumentaria, muchas cosas. Pero se le da más valor cuando logras cosas importantes en esta categoría porque es todo a pulmón. A veces hay campos de juego que no están en óptimas condiciones, pero igual se intenta jugar. Me parece una categoría muy difícil, pero con grandes jugadores.
-¿Está de acuerdo con el formato de ascenso y descenso?
-Creo que es una categoría muy dura como para tener un solo premio. Podría jugar el segundo un ida y vuelta con el penúltimo o antepenúltimo de la Primera B. Una promoción, como nosotros decimos en Argentina, para darle otro incentivo porque un ascenso es muy poco premio.
-El fútbol nacional atraviesa un momento complicado. ¿Por qué en Argentina el panorama es tan distinto?
-El fútbol argentino es muy difícil por cómo lo vivimos, por lo que es la presión que ejerce el futbolista. En Argentina si no tienes más de 100 partidos en Primera a los 19 años, te mandan a picar piedras, como le decimos. Ya no sirve. Entonces el jugador crece mentalmente muy rápido. Allá erras un pase, sales del estadio y te rompieron el auto o te pintaron la casa. Crecemos de otra manera, con más presión. Es totalmente diferente a lo que se vive en el fútbol chileno.
Cristian Campestrini, el jugador más longevo del fútbol profesional chileno
-¿Cuál es la receta para mantenerse a gran nivel a los 43 años?
Siempre digo que es importante tener mucha pasión y ser muy amateur en el día a día en mi profesión. He sido un arquero medio pelo, pero me gusta siempre mejorar y entrenar como si fuera el último día de mi vida. Siempre fui una persona dedicada a mi profesión. No es que ahora me cuide en esto o lo otro porque tengo una determinada edad. Siempre traté de ser lo más profesional posible, dentro y fuera de la cancha.
-¿Hasta qué edad planea jugar?
-La idea es jugar hasta que las piernas y el corazón aguanten. A mí me tocó trabajar seis años en México y teníamos al Conejo Pérez, quien atajó hasta los 46 años a un nivel muy alto. Yo no me pongo límites. Me siento cada vez mejor y voy a seguir mientras el corazón siga latiendo
-¿Le gustaría seguir en Chile?
-Mientras pueda estar defendiendo un arco, yo soy feliz. No importa la categoría ni el escudo. Lo que me importa es el arco. Mientras siga teniendo desafíos soy la persona más feliz del mundo. Ahora esperamos terminar estas tres jornadas de la mejor manera, luego descansar y prepararnos para lo que venga.