Matías Martínez, el B-Boy que representará al Team Chile en el Breaking de Santiago 2023: "Hay gente que está en contra de que sea un deporte"
- Team Chile
Matías Martínez (22) es el mayor exponente del breaking en el país y el 25 del mundo. También, es el primer bailarín en ser incluido dentro del Team Chile.
A los 11 años, Matías Martínez conoció el break dance sin saber lo que era. Con unos compañeros comenzaron a improvisar pasos en el liceo y desde ahí no paró nunca. Solo necesito unos videos en Youtube para entrenar por años y, tiempo después, convertirse en el mejor exponente del breaking en Chile, llegar al 25 del Ranking Mundial y ser el primer bailarín deportivo en ser parte del Team Chile.
Ahora, con 23 años, B-Boy 'Matita' está dedicado a su disciplina. Esa que se estrenará como disciplina olímpica en París 2024 y que, como antesala, estará en los Juegos Panamericanos Santiago 2023. En diálogo con D13, el artista y deportista nacional habla sobre su carrera, las dificultades que ha pasado y sus metas en el futuro.
"Al nacer en Chile ya empiezas con tres pasos atrás porque no existen apoyos para nuestra disciplina. Nunca he vivido del resentimiento. Siempre he tratado de darle nomás y no verlo como una dificultad. Conozco mucha gente que dice que en este país todo es difícil. Está bien, pero eso todos lo sabemos y no solamente en el break dance, sino que en cualquier ámbito de la vida", parte señalando Matías Martínez a D13.
¿Qué le parece que el breaking esté en los Juegos Panamericanos Santiago 2023?
- Siempre hay gente que está en contra de que el breaking sea considerado un deporte, por un tema de que es un arte y se puede tergiversar el origen, pero yo creo que todos sabemos de dónde viene y que cualquiera plataforma que le entregue una nueva oportunidad a distinta gente, para profesionalizar el tema del breaking, me hace estar a favor. Para mí que el break dance esté en cualquier plataforma mientras se evalué como corresponde, haya un buen espacio y buenos jueces. Estoy a favor.
¿Ayudaría a atraer más público nacional?
- Si, quizás la gente lo deje de ver como un baile de la calle. A veces está mal visto.
¿Usted lo ha vivido como una disciplina artística o deportiva?
- Creo que hay que tener mente de artista. Al final es un baile y todo lo que uno hace debe tener historia detrás. Al ser un arte uno tiene que ser original, tener un estilo propio y pasos. Pero, cuando uno quiere entrar en el alto rendimiento y ser competitivo, sí o sí tiene que verlo como un deporte. Hay que prepararse físicamente. A mí no me basta solamente con bailar, tengo que ir a gimnasio, hacer calistenia y hacer pesas. Este nivel te exige más fuerzo. Lo he vivido de ambas formas.
Los inicios de Matías Martínez en el breaking
¿Y cómo fue que llegó al breaking?
- Fue el 2012. En el liceo vi unos 'cabros' intentando bailar. Ellos no tenían idea que estaban haciendo y yo tampoco. En ese momento dijimos que era break dance. Después llegué a mi casa y me puse a buscar tutoriales en YouTube. Así empecé, viendo videos por un año hasta que aprendí casi todos los trucos que pude. Siempre he tenido esa costumbre de entrenar solo en mi casa.
¿Pensó en ese momento, cuando veía videos en YouTube, que iba a ser el 25 del mundo y viajar por el mundo gracias al Break Dance?
- Siempre, desde que empecé a bailar tuve esa visión de que quería llegar lejos. No solo querer, yo sabía que podía llegar lejos y siempre me lo tomé así. Nunca tuve una transición. Desde chico, viendo los videos, sabía que iba a estar ahí. No sabía cuánto me iba a demorar, pero lo tenía claro.
El año pasado participó en el Mundial de Francia, ¿quedó conforme con su participación?
- Fui solo, lo único que me gestionó la organización fue el hotel y los coches. Al final me pagué los pasajes solos. Llevaba seis meses en Europa por mi cuenta, pagándome mis cosas. Fui a probar suerte. Yo sabía de mis habilidades, pero por cosas que me tocó vivir en ese momento no pude prepararme al 100%. Quedé feliz, de cuatro chilenos fui el único que pasó los filtros. Pensé que si con todas esas condiciones en contra podía quedar tan arriba en el ranking, con todo a mi favor ni me lo imagino.
¿Cómo se las arregló en Europa?
- Antes de llegar a Europa estuve seis meses en Houston con una compañía. Antes de eso trabajé en una tienda por dos años. Siempre he trabajado y ahorrado plata. Cuando se me acabó la visa en Estados Unidos me fui a Europa porque no quería volver a Chile. Ahí me quedé donde amigos, arrendé y anduve de acá por allá durante seis meses. Todo esto financiado por mi cuenta. Hice trabajos de teatro y gané competencias de break dance.
¿Qué otras dificultades ha pasado?
- Al nacer en Chile ya empiezas con tres pasos atrás porque no existen apoyos para nuestra disciplina. Nunca he vivido del resentimiento. Siempre he tratado de darle nomás y no verlo como una dificultad. Conozco mucha gente que dice que en este país todo es difícil. Está bien, pero eso todos lo sabemos y no solamente en el break dance, sino que en cualquier ámbito de la vida. En Chile el sistema no funciona. Y no solo para el break dance, sino que para la mayoría de las cosas. Acá sí o sí hay que trabajar para sustentarse. Yo trabajé 10 horas al día en Puma. Llegaba a las 11 de la noche a mi casa y a las 12 me ponía a entrenar hasta las cuatro de la mañana. Así todos los días. Por eso trato de explicar que es la realidad de la gran mayoría de las personas, no solo de los que practican break dance.
¿Por eso no le gusta regresar a Chile?
- Si, allá puedo trabajar una semana y hago el triple de lo que hago acá. Con el triple de tiempo libre. No hay por donde perderse.
¿No ha pensado en lanzar todo al suelo y dejar el break dance?
- Lo que es más frustrante es que a veces uno va a competir, con todo un esfuerzo detrás, y hay gente dice que uno tiene una situación económica distinta o que me pagan los pasajes. Eso me ha pasado. Saber que da lo mismo que lo haga bien o mal, pero siempre habrá gente inconforme. Uno representa al país y te expones a opiniones de gente que no tiene nada bueno que decir. Eso me agota. Vaya o no vaya a un evento la gente reclama igual. Nunca he parado en los 10 años que llevo bailando. No me lo perdonaría.
"A mi generación se nos ha inculcado eso de que nos rescaten y paguen todo. Al final el único que está fuera soy yo. No es que tenga una situación económico mejor, sino que tengo clara mis prioridades. Trato de lavarle el cerebro a los demás. No está la mentalidad correcta en Chile" - Matías Martínez
¿Qué legado le gustaría dejar para Chile en 10 años más?
- Con el tiempo me he dado cuenta de que podría dejar un legado y revolucionar el break dance en Chile. Que la gente se dé cuenta de que podemos llegar lejos, avanzar y estar en el top mundial. Siempre he escuchado reclamos de que los chilenos salen al extranjero y pierden al tiro, que no le ganan a nadie. Yo me quedaba callado y pensaban que lo iba a lograr. Así empecé. Hace unos días me hicieron parte oficialmente del Team Chile. Soy el primer bailarín que es parte. Quizás en un futuro haya un team completo de bailarines.
¿Cómo se toma ser el primer bailarín del Team Chile?
- Nunca fue un sueño que tuviera y algo que me llene el corazón. Me ha costado tomarle peso. Ahora me dicen 'wena, eres del Team Chile, te van a pasar ropa'. El presidente de la Federación de Baile Deportivo me decía que es un hecho histórico. Ahí tuve que lavarme el cerebro y darme cuenta de que es importante. Mi familia está feliz. Al ser algo deportivo y más comprendido, obviamente se ponen la mano en el pecho, pero igual saben cuáles son mis metas y lo que realmente quiero.
¿Hay otros exponentes del breaking nacionales que estén en la misma parada que usted?
-Me gustaría destacar a B-boy 'Pancho'. Él ganó todas las competencias en Chile por 15 años. El descubrió un formato de baile que hasta el día de hoy es muy difícil de ganar. Lo que pasa con los cabros es que están muy en el resentimiento y están esperando que alguien los rescate. No hay que esperar que nos rescaten. A mi generación se nos ha inculcado eso de que nos rescaten y paguen todo. Al final el único que está fuera soy yo. No es que tenga una situación económica mejor, sino que tengo clara mis prioridades. Trato de lavarle el cerebro a los demás. No está la mentalidad correcta en Chile.